A tan sólo unos días del fallido lanzamiento de la nave Starship de SpaceX el magnate Elon Musk, propietario de la firma, comentó que sí hubo una autodestrucción tardía, lo que representó un riesgo adicional para la seguridad en tierra.
El multimillonario aseguró que a través de la prueba se pudo notar que los márgenes estructurales del vehículo “parecen ser mejores a lo esperado” e incluso declaró que si bien no se fue posible llegar al espacio, el resultado fue “más o menos lo que se esperaba” superando las expectativas.
Musk dio a conocer que derivado del incidente se registró un daño mínimo en la plataforma, además de generarse una nube de escombros y polvo que llegó a un pueblo a casi 10 kilómetros de distancia del sitio de despegue.
Dentro de la cronología, Elon Musk informó que tres de los 33 motores del Super Heavy, la primera etapa de Starship fallaron y se apagaron antes de que el cohete abandonará la plataforma de lanzamiento, lo que provocó una inclinación hacia un lado mientras se elevaba.
27 segundos después del despegue se registró un problema en uno de los motores por un evento energético, hecho que terminó dañando varios motores cercanos. Después de 85 segundos de vuelo la Starship perdió su capacidad para controlar su dirección y con ello voló de forma errática.
Se dio a conocer que se tienen previstos entre 4 y 5 lanzamientos de Starship antes de que concluya el año, con una probabilidad estimada del 80 por ciento de alcanzar la órbita en 2023.